Los investigadores que llevan adelante la búsqueda de Cecilia Strzyzowski encontraron ayer una nueva serie de restos óseos. Fue luego de un rastrillaje que nació a partir del testimonio de uno de los imputados en la causa, que buscaría despegarse del femicidio que se le atribuye al clan Sena.
Gustavo Obregón, chofer personal de los Sena, pidió declarar durante la mañana de ayer ante el equipo de fiscales que lleva la causa. Allí señaló el lugar donde luego se realizaron las pericias, que arrojaron resultado positivo.
"Creemos que se rompió el pacto de silencio. Obregón se quiso despegar del caso", contó una fuente judicial.
En concreto se hallaron restos óseos, que deberán peritarse para confirmar si son humanos. Además apareció un objeto que podría ser clave, aunque las fuentes evitaron confirmar de qué se trataba.
Se estaría hablando de un dije, según informaron fuentes judiciales a Télam. El indicio de que podría pertenecer a Cecilia cobra fuerza, ya que la joven siempre llevaba una cadena con una cruz colgada en el cuello.
Los hallazgos se realizaron tras rastrillajes con buzos tácticos en el Río Tragadero, ubicado en las afueras de la chanchería de Emerenciano Sena. Para ello debieron drenar el cauce de agua que pasaba.
Los operativos fueron ordenados por el Equipo Fiscal Especial (EFE), integrado por los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velásquez.
Además se realizó otro sobre el Canal Quijano, en las afueras del barrio Emerenciano, pero sin resultados positivos. De ambas diligencias participaban buzos tácticos de la Policía provincial, que intentan determinar si en algunos de esos cursos de agua se pudo haber descartado alguna evidencia o el cuerpo de la víctima.