Más de 700 palestinos murieron por los ataques aéreos israelíes durante la noche, informó el martes el Ministerio de Sanidad de Gaza, la cifra más alta de fallecidos en 24 horas desde que Israel inició una campaña de bombardeos para aplastar a los militantes de Hamás, que asombraron al país con un mortífero ataque el 7 de octubre.
Israel dijo que había matado a docenas de combatientes de Hamás en los ataques nocturnos contra el enclave asediado, pero afirmó que su guerra para destruir al grupo islamista llevaría tiempo.
Mientras las agencias de ayuda advertían de que se estaba produciendo una catástrofe humanitaria en Gaza, el presidente francés, Emmanuel Macron, voló a Israel para ofrecerle apoyo.
Macron dijo al primer ministro Benjamin Netanyahu que Francia estaba «hombro con hombro» con Israel en su guerra contra Hamás, al tiempo que afirmó que no debe luchar «sin reglas».
Las Naciones Unidas instaron a Israel a permitir la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza, afirmando que la ayuda permitida hasta ahora cubría una pequeña fracción de las necesidades de la población asediada. El combustible, aún bloqueado, era crucial.
"Estamos de rodillas pidiendo una operación humanitaria sostenida, ampliada y protegida", dijo Rick Brennan, director regional de Emergencias de la OMS.
Las agencias de la ONU afirman que no tienen garantías de que sus trabajadores humanitarios puedan llegar a quienes lo necesitan, pero parecía haber pocas perspectivas de un alto al fuego a corto plazo en el episodio más sangriento del conflicto palestino-israelí en décadas.
El Ministerio de Sanidad de Gaza informó de que al menos 5.791 palestinos habían muerto en los ataques contra el enclave gobernado por Hamás desde el 7 de octubre, entre ellos 2.360 niños. Un total de más de 700 fallecieron sólo en las últimas 24 horas.
El portavoz del Ministerio, Ashraf Al-Qidra, señaló que ha sido el mayor número de muertes en un periodo de 24 horas en las dos semanas de ataques israelíes.
Tras la muerte de su hija en un ataque aéreo en el sur de Gaza, Abdallah Tabash se negaba a dejarla marchar, sosteniendo su cuerpo en brazos. La sangre manchó su cara y su pelo mientras la gente le suplicaba que la entregara para poder enterrarla.
«Es mi niña, quiero verla todo lo que pueda», expresó el conmocionado padre en la ciudad de Jan Yunis. Los bombardeos se desencadenaron en respuesta a un ataque de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre, en el que los militantes mataron a más de 1.400 personas -la mayoría civiles- en un solo día.
Hamás liberó el lunes a dos mujeres israelíes que se encontraban entre los más de 200 rehenes capturados durante el asalto. Fueron la tercera y la cuarta rehenes liberadas.
Yocheved Lifshitz, de 85 años, sostuvo que fue golpeada por los militantes mientras estaba secuestrada y que tenía dificultades para respirar. «He vivido un infierno», dijo. (NA)