A finales del mes de febrero, como viene ocurriendo en casi todos los rubros y con la mayoría de los productos y servicios, los boletos de colectivos aumentaron casi un 100% en la provincia de Santa Fe. Para conocer de qué manera impactó en el sector, CASTELLANOS dialogó con Hernán Gunzinger, responsable de la concesión de la Terminal de Ómnibus de Rafaela, quien en un principio aseguró que hay una baja en la venta de boletos.
Gunzinger detalló que el incremento fue de entre 120% y 150%, alineándose con los precios que ya habían alcanzado los pasajes de la parte nacional; también expuso que no hubo una buena comunicación y que la gente no estaba enterada del aumento. “No hubo una gran información al respecto y esos primeros días, hubo gente que llegó hasta la terminal y se encontró con que el dinero no le alcanzaba para hacer esos viajes”, explicó.
Con respecto a las ventas, Gunzinger aseguró que “hay una merma muy grande de viajes” y que según lo que él cree, también es una consecuencia de la economía en general lo que hace que la gente busque adecuarse a su propia economía y reducir algunos gastos. “Hay mucha menos gente, menos venta de pasajes en ese sentido; yo estimo que el que hacía los viajes de trabajo, está obligado a hacer esos viajes de trabajo, pero si no tenía días específicos para viajar, fue acotando mucho, es decir, personas que veíamos acá que viajaban quizás trece veces por semana, hoy lo están haciendo una vez; están acotando todo lo que es un máximo para no generar gastos que por ahí son incurrentes en la economía de cada uno”, declaró.
De cara a lo que viene, Gunzinger expresó que están esperando a que con el inicio del ciclo lectivo comience a normalizarse la situación: “estamos esperando a que, con el comienzo de las clases, los ingresos de los estudiantes a Rafaela y los egresos de gente que estudia afuera, empiece a moverse un poquito más”
En cuanto a cómo influyen la idea de desregulación por parte del Gobierno Nacional, Gunzinger comparó cuales son los pros y los contras para el sector. “Si hay una desregulación quiere decir que cualquier empresa podría hacer distintos viajes, es decir, son dos empresas solamente las que hacen Rafaela-Rosario, si esto se desregula también podrían ingresar otras empresas a hacer el mismo traslado. Cuando tenés más oferta tenés mejor calidad de servicio, eso es lógico en una actividad comercial como sería la parte transportista. Pero, por otro lado, hay que regularlo y hay que controlarlo bien, esa es mi apreciación desde la concesión”. Y completó: “Hoy no tenemos tampoco una actividad tan grande para decir que 20 empresas hagan el mismo recorrido, entonces, esa es la parte de las contras, y la contra es lo que siempre vivimos, es el control de lo que ya está hecho. Esta desregulación puede ser buena, pero si no se controla va a ser lo mismo”.