Angela Cullen está adorando su tiempo como miembro del paddock de Indy Car, después de tantos años siendo parte del éxito de Lewis Hamilton en la Fórmula 1.
La ex fisioterapeuta del heptacampeón mundial por siete años causó sensación a partir del fin de semana en The Thermal Club, California, en marzo pasado, cuando trascendió que había empezado a trabajar con su compatriota neozelandés Marcus Armstrong, quien está en su primera temporada completa con Chip Ganassi Racing.
Cullen declinó ofrecer entrevistas a profundidad a medios desde entonces, aunque durante estas semanas de descanso, fue la protagonista de una serie de cápsulas para los canales digitales de Indy Car, en las cuales compartió lo agradable que le pareció el entorno de la categoría estadounidense y la manera en la que llegó a la misma.
"Cuando dejé la Fórmula 1, pensé que me alejaría del automovilismo, que me retiraría, por así decirlo. El año pasado me tomé una temporada sabática, y entonces me puse en contacto con Marcus Armstrong", explicó.
"En la temporada baja yo era patrocinada por SOS Hydration, el cual también era patrocinado por él. Eso nos conectó, tenemos valores similares, somos muy competitivos y me emocionó mucho, cuando lo conocí, de que él era de la misma forma".
"Él me preguntó si quería ir a una carrera y le dije que me encantaría ir. ¡Oh, por Dios! La Indy Car me atrapó, es tan divertida. Thermal no tuvo aficionados, lo cual fue increíble, pero aún así me enamoré de ella".
"Las carreras son increíbles, los pilotos también son increíbles, me sorprendió la expertiz de todos en el paddock, así que llegué y no me he ido".
Angela Cullen, cuyo trabajo oficialmente se llama Performance Manager, lleva 25 años trabajando con atletas tanto en el entorno físico como en el mental, lo cual ayudó a Hamilton a recuperarse de situaciones como la derrota ante Nico Rosberg en el Mundial de 2016 y a cómo lidiar con su dominio durante sus mejores años con Mercedes.
Pero el gran diferenciador que encontró en IndyCar, dentro del aspecto de los pilotos, es la preparación psicológica en cada carrera, en especial en eventos como las «500 Millas de Indianápolis», donde están confiados en sus posibilidades de luchar por triunfos.
"Lo que los hace diferentes es el enfoque y su dedicación, y su creencia de que tienen el propósito verdadero, lo cual es ser los mejores. Eso lo encontrarás en todos los deportes, ellos sacrifican todo por este sueño. Es muy inspirador trabajar con estas personas y ayudarles a alcanzarlo", dijo.
Armstrong, quien en junio obtuvo su primer podio en la serie, está trabajando con mucha gente experimentada, como Cullen, Dario Franchitti, Taylor Kiel y Angela Ashmore, lo cual ayudó a su mejora en rendimiento, considerando que está enfrentando sus primeras carreras en óvalos y pese a que ha habido poco descanso en el mismo torneo.
Ese es otro diferenciador de Indy Car actualmente, ante lo cual Cullen encontró un patrón para mantener una rutina de entrenamiento, adaptándose a la variedad de pistas que están por venir.
"Entrenar es muy estable a lo largo de la temporada. Sabes la exigencia de las carreras pesadas, así que sabes tus objetivos de entrenamiento, pero esto se acomoda en torno a sus calendarios ocupados", afirmó.
"Por lo general entrenan dos veces al día. Sé que hace una hora de cardiovascular y después hace una sesión de peso. Algunos días, él puede hacer dos sesiones de peso, por lo general, de cuatro horas diarias, específicas para las carreras".
Para concluir, manifestó lo siguiente: "Cuando están entrenando, ellos saben sobre qué parte del cuerpo trabajan más. Intentamos hacer la mímica en el gimnasio".