Por: Rogelio Alaniz. Un político decente, un hombre de bien, un socialista convencido murió el domingo pasado. Se llamaba Miguel Lifschitz. Fue intendente de Rosario, fue gobernador, fue diputado, pero por sobre todas las cosas, y más allá de las investiduras que honró, fue un hombre en el sentido más digno y pleno de la palabra. Un hombre con sus convicciones, con sus certezas, tal vez con sus dudas, pero en todos los casos, siempre decidido a vivir atento y sensible a los rigores de los tiempos que le tocaron en suerte. No puedo decir que haya sido su amigo, pero como ciudadano digo que lo voté cuando fue candidato a gobernador y no estoy arrepentido de haberlo hecho. No viene al caso ahora hablar de sus muchos aciertos, que ya son historia, y de sus pocos errores, porque, como dijera un amigo católico, desde que Dios expulsó a Adán y Eva del Paraíso, la perfección es una virtud que nos está negada. Lifschitz no fue perfecto, pero se propuso ser justo y me consta que hizo todos los esfuerzos posibles para serlo. Fue justo en un tiempo que no lo es. Y si la lucidez es la unificación de la inteligencia con la sensibilidad, fue también lúcido. Cuando murió, todos los santafesinos sentimos dolor por su muerte. Sus compañeros de partido, pero también quienes no lo votaron o quienes fueron sus adversarios, porque todos sabían de su hombría de bien. Y todos sabemos, o sospechamos, que su muerte nos empobrece, que su muerte es una ausencia que duele y que su testimonio honra a la política y a la condición humana, sobre todo en estos tiempos de desencanto, de banalización, de frivolidad, de hipocresía contrabandeada como virtud y cinismos evaluados como signos de ingenio. Adiós Miguel Lifschitz. Lo vamos a extrañar, como se extraña a todo aquel que pasó por esta vida con las manos limpias, la sonrisa cordial y el corazón generoso. Prodigando afectos y sin inspirar miedo. Adiós Miguel. Los agnósticos no son que no creamos en Dios, sino que dudamos. Y dudamos de los dogmas y las verdades absolutas, pero también nos resistimos a suponer que todo está revelado o que más allá de la vida solo hay silencio y oscuridad.
II
La gira europea del Presidente, acompañado en este caso por su controvertido Ministro de Economía y su más que controvertido canciller, corre el riesgo de disolverse bajo el signo de la irrelevancia. Las personas que entienden de estos temas aseguran que una gira para discutir a fondo nuestros crónicos problemas financieros debería haberse orientado hacia Estados Unidos, Alemania y Japón. El Gobierno Nacional sabrá por qué escogieron otro rumbo. En lo personal, siempre tuve en el mejor de los conceptos a las autoridades políticas de Portugal, pero convengamos que más allá de sus virtudes, su influencia en los impiadosos centros financieros es mínima. Algo parecido puede decirse de Pedro Sánchez, el presidente de España, un político que seguramente dispone de virtudes, pero que acaba de ser derrotado en toda la línea en Madrid y su sociedad con Pablo Iglesias no lo hace la persona indicada para recomendarnos ante las autoridades del FMI o el Banco Mundial. Del rey Felipe VI, dicen los que lo conocen que es un buen muchacho decidido a no cometer los errores del padre y muy preocupado por los problemas con su madre, sus hermanas y sobrinos, es decir, se trata de alguien cuyo poder apenas le alcanza para sostener la corona sobre su cabeza, pero sin ninguna influencia en los lugares que a la Argentina le importan en términos financieros. La entrevista con el Papa fue protocolar. Y más allá del ascendiente espiritual de Francisco en el mundo, convengamos que el hombre que no pierde ocasión para criticar los excesos del capitalismo y el pecado de la especulación financiera, no es la persona más indicada para abrirnos las puertas de los recintos donde se reúnen los poderes financieros globalizados. Con Emmanuel Macrón todo bien, porque estas reuniones están programadas para que todo sea previsible, correcto y prolijo, pero ninguno de estos esmeros parecen haber afectado el humor de los funcionarios del Club de París, que como todos los acreedores de esta vida quieren cobrar y lo que reclaman es un deudor solvente con quien entenderse. Por último, lo que sabemos de la reunión con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, es que las cosas no fueron más allá de las declaraciones cargadas de buenas intenciones dichas del modo más educado posible y con los mejores modales. Puede que algunos temas más serios se hayan tratado en secreto, pero tal como se presentan los hechos yo no alentaría demasiadas ilusiones por ese lado.
III
El otro problema de la delegación argentina, proviene de su debilidad interna. Puede que algunos analistas hayan exagerado cuando dijeron que Alberto Fernández y Martín Guzmán se dirigieron a Europa tratando de hallar un respaldo que no tienen en su tierra. Puede que los mismos analistas hayan exagerado un poquito cuando dicen la titular real del poder es Cristina Fernández. Puede que hayan exagerado, pero no demasiado, porque si vamos a creer en las informaciones que circulan, las actuales críticas a las negociaciones del presidente Fernández y su ministro no provienen de la oposición, sino del frente interno. Lo seguro es que mientras Fernández, Guzmán y Solá trajinaban por despachos de Europa, en la Argentina los kirchneristas amenazaban con hacer exactamente lo contrario de lo que el presidente y su ministro prometía a sus severos interlocutores financieros. ¿Conflicto interno o reparto de funciones entre quienes no les queda otra alternativa que prometer buena letra y quienes, fieles a su retórica, no están dispuestos a ponerse de rodillas ante "la banca usurera internacional" y sus cómplices internos con Macri y Vidal a la cabeza? Vaya uno a saberlo.
IV
Lo que parece estar fuera de toda especulación, es que mientras Guzmán promete cumplir con los compromisos internacionales y poner en orden las cuentas, la estrategia de Cristina solo tiene los ojos puestos en las elecciones que espero que se realicen antes de fin de año. Para ello, y fiel al estilo de quien sabe que las elecciones se ganan con plata, todo lo que se pueda recaudar, todo pago que se pueda postergar y todo dinero que se pueda emitir, estará destinado a gastarlo en las elecciones. Después Dios, que como se sabe es argentino, proveerá. Para el populismo la regla de oro es hacer política día a día, aunque se presienta que nos acercamos al precipicio o llega el diluvio. Para nuestra suerte o para nuestra desgracia (nunca se sabe con certeza) la soja ha subido a precios parecidos a los de 2008 y, según los entendidos, el FMI nos va a entregar en concepto de Derechos Especiales de Giro (DEG) unos 4.500 millones de dólares. Con esa plata los muchachos están dispuestos a hacerse un picnic en el Conurbano.
V
La declaración acerca del conflicto en Medio Oriente entre el Estado de Israel y el terrorismo de signo islámico representado por Hamas, parece ser más la declaración redactada por el Instituto Patria, que nunca disimuló su afinidad con la teocracia de Irán y sus comodines palestinos, que la declaración de la Cancillería de un país civilizado. No olvidar que la teocracia de Irán es entre otras cosas la responsable de los atentados terroristas más crueles de la historia argentina, aunque pareciera que ninguno de estos detalles parece sensibilizar a los señores del Instituto Patria. Todo lo contrario. La cancillería Argentina no puede ni debe colocar en un mismo nivel a un Estado nacional como Israel y una banda terrorista como Hamas. Tampoco debería desconocer que mientras Israel es un Estado de derecho donde se respetan las libertades, Hamas practica en la Franja de Gaza el despotismo religioso más cruel e inhumano.