La puja por la escasa oferta de hacienda sigue entre una franja del consumo interno y la exportación, favorecida por los precios internacionales.
La oferta ganadera está muy afectada por la seca y por el menor nivel de ocupación de los feedlots.
Los valores que está dispuesto a pagar el consumo interno parecen haber tocado un techo, pero la oferta de liviano bien terminado es muy reducida y matarifes y frigoríficos de consumo se ven obligados a pagar altos precios por el escaso ganado disponible. Aunque después no puedan trasladarlos totalmente a los carniceros y al público.
Hay un sector del consumo que no cede, la exportación tampoco retrocede, la oferta es escasa y los precios reales del ganado son un récord en la historia.
En el corto plazo, se seguirán sintiendo los efectos de la seca y la menor oferta de los feedlots; los precios de la hacienda parecen haber tocado un techo en términos reales, pero el actual es un equilibrio inestable.
La exportación, que está "autorregulada", está embarcando 20 a 30% menos que si las ventas al exterior fueran libres. Pero se beneficia con precios FOB muy altos, especialmente para Hilton y para la vaca a China.
Como consecuencia del atraso cambiario, el precio del novillo en la Argentina hoy supera al de Estados Unidos o el de la Unión Europea.
De todos modos, si la exportación quisiera aumentar los embarques, es probable que no hubiera novillos Hilton y vacas conserva o manufactura suficientes, y la presión compradora se extendería a otras categorías: vaca gorda, novillo "sin papeles", vaquillona pesada.
El año pasado se exportaron a Rusia menudencias por valor de 80 millones de dólares, que a partir de ahora habrá que salir a vender –a un precio inferior– a otros mercados.
Aunque la exportación está limitada en volumen, está embarcando a precios FOB muy altos, y presiona sobre el mercado de novillos y vacas; todo lo que ha ganado por la suba de los precios internacionales, lo ha perdido con el atraso cambiario.
La demanda internacional por carne vacuna a principios del 2022 sigue presentándose muy favorable, con fuertes incrementos en el primer bimestre del año de los embarques de Brasil y Uruguay. En enero, la Argentina exportó un 26% menos que en igual mes del año pasado. Un triunfo del "observatorio".
Corrientes y Formosa
El stock ganadero de Corrientes tocó en 2013 un máximo contemporáneo, con 5,4 millones de cabezas. A partir de ese momento, las existencias ganaderas caen siete años consecutivos, hasta los 4,6 millones (-15%) de fines del 2020, último registro conocido.
A causa de la seca del 2020-2021, y más recientemente de la seca y de los incendios de campos de diciembre-enero últimos, se puede estimar que el stock de esta Provincia seguirá cayendo a fines del 2022.
La caída acumulada entre 2013 y 2022 probablemente sería no inferior a los 1,15 millón de cabezas, ubicándose entonces el stock 25% por debajo de nueve años atrás.
Debe destacarse que entre 2013 y 2020 –último registro conocido– cayó 12% el número de vacas y un 21% el número de terneros, mientras que también se redujo un 12% el stock de novillos y novillitos.
La imperiosa necesidad de bajar la carga, de cara al problemático invierno que se viene, está obligando a los ganaderos a reducir aceleradamente el stock de animales en recría, de vacas viejas –preñadas o vacías– e inclusive de categorías de reposición, como vaquillonas y terneras.
El éxodo ya ha comenzado, y ruralistas y consignatarios correntinos que hemos consultado nos aseguran que la salida de hacienda de la Provincia en las próximas semanas será inédita.
La evolución negativa del stock en Formosa es similar: de un máximo de 1,85 millón en diciembre del 2012, cae en el 2020 a sólo 1,52 millón (-18%).
De acuerdo a las sequías recurrentes que ha sufrido esta provincia en los últimos dos años, puede estimarse que el stock actual no superaría los 1,4 millón de cabezas, unas 450 mil cabezas menos que 10 años atrás.
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