Marcelo Audero, genetista, titular de Cabaña La Curva, en diálogo con Castellanos, habla de su pasión: la cría y producción de animales, particularmente de raza Brangus, siempre buscando la excelencia.
A pocos kilómetros del centro de la ciudad se encuentra Cabaña La Curva, establecimiento que se dedica a la cría de la raza Brangus, formada por dos razas puras: Aberdeen angus y Brahaman. Se trata de inyectar un mayor porcentaje de raza Aberdeen angus sobre la Brahaman. Es de un biotipo moderado, con mucha adaptación al trópico, al clima subtropical, a campos difíciles, con una calidad carnicera importante. "Son animales con muy buenos aplomos, circunferencia escrotal y con una calidad carnicera destacada".
Estas características, hacen que la Argentina sea "el principal exportador a nivel mundial de [genética]Brangus". Días atrás Cabaña La Curva expuso algunos de sus animales en la ciudad de Reconquista, donde se pudo observar con claridad la excelente calidad de estos animales.
"Me dedico a la ganadería. Yo históricamente nací en la ganadería, o sea una vida trabajando. Es un tema familiar que viene desde hace muchísimo tiempo, tomé esa posta y soy una persona que se dedica a esto, a la cría de hacienda desde siempre", comienza diciendo Audero.
Se fue trabajando con distintos rodeos, "haciendo una selección estricta en todos los aspectos hasta lograrla con una genética superior que es lo que se está presentando y exponiendo, tanto en exposiciones como en el campo, en la cabaña en la cual soy el titular, se llama Cabaña La Curva".
"Haciendo historia, se fundamentó todo en las necesidades, mi origen fue como productor comprando siempre toros de primer nivel y viendo cual era el punto a mejorar, lo que necesitaba el productor en el campo para que sea lo más productivo posible".
En base a eso y a una experiencia de muchísimos años "empecé a formar y a producir esos toros desde el año 2012". "La cabaña está inscribiendo, por lo que tenemos diez años de registros. Esto significa que la selección para producir toros de calidad tiene más de 20 años. Cuando lo logramos comenzamos a registrarnos en la Asociación Argentina de Brangus", continuó diciendo.
El toro "tuvo mucha aceptación tanto en la zona. Acá (en la zona) es producto muy conocido, que anda muy bien y en base a eso seguimos generando genética teniendo en cuenta las necesidades y la demanda de mercado porque hoy en lo que tiene que ver con el consumo interno, porque el mercado de carne, la producción como todos saben, el consumo interno necesita un tipo de animal con determinado kilaje que no es el mismo que se exporta, pero en definitiva tenemos que lograr que ese producto que estamos fabricando, porque para nosotros el campo es la cocina, ese animal debe tener doble propósito. Si un Feedlot va a comprar un ternero puede generar carne para mercado interno con un kilaje determinado de buena calidad o un animal con un kilaje superior para una cuota Hilton sin ningún tipo de inconveniente. Es decir el mismo animal, dependiendo del periodo y la nutrición que se le genere puede ser para consumo interno o para exportación».
Y ese toro, ese padre «que uno produce tiene que aportar al rodeo donde va a ir a producir con las vacas que le van a dar ese tipo de ternero para que luego llegue a ser un novillo de consumo».
Ahora bien, «para lograr que se toro que uno saca del campo sea lo mas productivo y benéfico posible, que genere el mayor beneficio para el productor. Los puntos fundamentales son: primero tenemos que producir un animal dócil, con mansedumbre porque sino puede llegar a generar inconvenientes con el personal cuando lo maneja. Necesitamos generar un animal fértil que necesita producir terneros, lograr preñeces de vacas sin ningún tipo de inconveniente. Debe ser un animal productivo y longevo por que si termina su vida útil demasiado rápido al productor lo perjudica. Por eso hay determinadas características fenotípicas que hacen que la longevidad se manifieste viéndolo naturalmente».
Un animal productivo, un animal moderado «es decir que no sea ni excesivamente grande ni chico. Un ejemplo: yo necesito que una vaca me de un ternero, al destete con kilaje ideal, 180 kilos. Si la vaca pesa alrededor de 400 kilos sería lo ideal porque una vaca de 600 kilos me va a producir el mismo ternero, pero una vaca de ese tamaño consumo por 600 kilos. Entonces lo que uno está produciendo en la cabaña es para generar, a parte de los terneros, generar madres fértiles, productivas y en tamaño moderado también. Entonces es eso lo que se hace se trabaja en la cabaña. Se trabaja en genética, yo soy el titular de la cabaña, el director, lo hago realmente con mucha pasión y mucha vocación. Soy genetista, las cabañas se dividen en genetistas, cabañero y el nutricionista…yo agrupo todo y hago todo yo porque me gusta, me apasiona desde que tengo uso de razón. Recuerdo siempre me apasionó la cría de animales, caballos, vacas, toros, siempre tratando de buscar la excelencia» remarca.
«Yo creo que toda persona que se pone a criar y a producir este tipo de animales para dar soluciones, esta buscando la excelencia que implica algo tremendamente útil para la persona a la que uno le va a brindar este animal en alguna venta o remate».
Para lograr esto «uno está en el campo viendo permanentemente que tipo de vacas tiene, como producen esas vacas con distintos padres, ir observando en las distintas exposiciones donde salen los toros y los grandes campeones y los que pasan al Centro de Genética para ver qué características tienen y que me pueden aportar. Siempre lo que uno busca en genética es que lo que se va a incorporar al rodeo aporte algo más de lo que uno ya tiene. O sea, que digamos que el producto que yo voy a lograr este año supere al del año anterior».
Ciclo biológico
Producir con esta calidad implica mucho esfuerzo, dedicación y conocimiento. «Es un ciclo biológico. El ternero, futuro toro, futuro padre que tenemos hoy, se logra luego de la preñez de la vaca, inseminación, dentro de nueve meses y medio va a nacer ese ternero. Los primeros días de vida son fundamentales, estas permanentemente observándolo como va funcionando, cuidarlo…porque tenés que pensar que si nace en pleno verano, el sol tremendo lo puede matar, una helada tremenda lo puede matar también en el mismo momento del nacimiento por mas que tengo toda la adaptabilidad».
«Estamos hablando de diez meses aproximadamente para el nacimiento. Después tenemos dos años y medio más antes que se logre el producto a la venta. O sea, estamos hablando de cerca de cuatro años desde el día que uno pone la ilusión en que este padre con esta madre van a producir bien. Y como es genética, uno más uno no es dos. Yo puedo decir: este toro tiene determinadas características que le va aportar a la madre cosas que a ella le están faltando y tal vez no me las aporta y termina siendo algo que no será comercial».
Ahora cuando «uno logra un nivel de productividad de excelencia normalmente logra comerciarlo en un noventa y nueve por ciento de los casos, pero para llegar a ese tipo de animal, ese ternero se cría al pie de la madre hasta los seis meses, luego se produce el destete, allí hay que cambiarle todo tipo de alimentación. Como sabemos los animales son rumiantes Hay que ir buscando que el animal sea pastoril, que se mantenga y produzca porque todos estos animales que van a exposición tienen una nutrición especial. Entonces hay que tratar que donde generan musculo, grasa, no influya en el momento que se quita esa nutrición y solamente consuma pasto».
El ternero a los seis meses «comienza con ese punto de nutrición, tiene que seguir desarrollándose y la nutrición del animal es fundamental hasta los dos años de vida. Es ahí donde desarrolla su estructura ósea, su capacidad corporal, lo que incide directamente en su libido, fertilidad y el tamaño testicular. Influye todo con la nutrición que se le dé, desde el día del nacimiento hasta los dos años de vida. Si la vaca tuvo poca leche, no se la alimento bien, el ternero va a salir en el desmadre con un kilaje pobre. Si se desmadró con un kilaje ideal hay que empezar a trabajar con la nutrición de ese animal para que llegue a esa edad y a los dos años se empieza con otro tipo de nutrición para lograr ese estado distinto y poder presentarlo en la pista».
Así que no es nada simple, «hay que estar todos los días observando porque un desarreglo en la nutrición o descuido puede arruinar el trabajo de años…ese es el ciclo biológico. Así que una vaca para exponer su producción necesita cuatro años o sea estás trabajando cuatro años sobre ese animal para dar un producto terminado. Y luego esta el tema de la docilidad: son toros, testosterona, virilidad, siempre tratan de demostrar poderío entre los suyos entonces hay que tener un manejo muy puntual y particular de todo esto».
Si bien una parte del carácter «lo imprime la genética, es decir si su padre es un animal complejo y transmite esa complejidad se trata de dejar de usar, no utilizarlo en el rodeo. Todos tienen su carácter después en el manejo y en el tratamiento que uno le vaya dando el animal necesita conectarse con los otros y entenderlos. Yo que estoy todo el tiempo con ellos, logramos esa conexión que permite percibir si el toro se siente molesto o este incomodo…uno trata de mejorar esas cosas y trabajar de la manera mas pacifica posible, sin gritos, sin golpes, sin perros, ese es otro trabajo que se va haciendo con el transcurso del tiempo».
Sin previsibilidad
En tiempos económicos y sociales complejos como los actuales se hace difícil planear a largo plazo, aunque «no recuerdo en los últimos veinte años de ganadería periodos de previsibilidad en donde sabíamos lo que iba a pasar en el próximo año o preveíamos lo que iba a pasar en el año siguiente» enfatiza Audero y agrega «he dejado de mirar el tema de la previsibilidad porque sino no podría trabajar en esto. Es todo sorpresa, todo incógnita».
«La unidad productiva que es la tierra, que trabajamos con campos propios, no la podemos agarrar ponerlo en bolsito y llevárnosla. Uno logra una conexión con el animal y esa conexión también esta desde siempre. Todos los que hacemos esto, que lo hacemos desde que nacimos y tenemos padres, abuelos, tíos que han trabajado en esto, logramos un amor tan profundo por la tierra y por la actividad que el tema de previsibilidad económica, Legislativa termina pasando a un segundo plano. Uno hace lo que le gusta de la mejor manera».
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