A la hora de graficar el desempeño del mercado de la maquinaria agrícola, una referencia clara y que resulta transversal tanto para la agricultura como para la ganadería es la venta de tractores y de cosechadoras.
Se trata de los segmentos que mayor facturación generan en la industria y en los que más competencia existe a nivel global.
Es por ello que reflejar su evolución en un determinado mercado, en un período de tiempo, ayuda a comprender el momento que atraviesa el sector agropecuario.
En Argentina, más allá de las vicisitudes que tiene la economía, la venta de tractores encadena cuatros años de crecimiento ininterrumpidos.
En el primer semestre del año, los 4.028 tractores vendidos representan un crecimiento de 26,4% respecto de igual período de 2021.
De esta manera, y de continuar la tendencia positiva en el segundo período del año, los patentamientos de unidades acumularían cinco años consecutivos en aumento.
La demanda de cosechadoras también está activa; entre enero y junio, había crecido 41,62%, con un total de 592 unidades. De mantenerse ese desempeño, la venta reuniría tres años seguidos en continua evolución.
Con un mercado que es seis veces mayor que el argentino, Brasil también refleja un crecimiento en la adquisición de tractores y de cosechadoras.
Durante el año pasado, la venta doméstica en el vecino país creció 26%, un indicador con el cual logró consolidar el desempeño positivo que venía exhibiendo años anteriores.
Según la Federación Nacional de Distribuidores de Vehículos Automotores (Fenabrave), el mercado brasileño absorbió 58.433 unidades, entre tractores y cosechadoras, 12.065 más que los comercializados en 2020, cuando el número llegó a 46.368 unidades.
En los primeros ocho meses de este año, y a pesar de la ligera caída interanual de 5,5% exhibida en julio, la demanda sigue configurando un escenario de crecimiento. “El aumento acumulado es más del 21%. Como la agroindustria viene batiendo récords, las ventas de equipos para el campo se han mantenido altas”, dicen desde Fenabrave.
En el otro hemisferio
En el hemisferio norte, y a ambos lados del océano Atlántico, la realidad es diferente. Los aumentos de precios en la cadena de suministro y los cuellos de botella en la provisión de agropartes configuran un año negativo para las matriculaciones de tractores en Europa, Estados Unidos y Canadá.
En los países de la Unión Europea, el registro de tractores cayó 8,1% en el primer semestre, en comparación con los primeros seis meses de 2021. Entre enero y junio pasado, el número de máquinas matriculadas en cada mes ha sido inferior al del año anterior, según las cifras europeas.
El impacto a largo plazo de la pandemia de Covid-19 y los efectos del conflicto bélico por la invasión de Rusia a Ucrania, a partir de febrero pasado, acentuaron las interrupciones en el suministro de materias primas y de componentes a los fabricantes, con el consiguiente aumentos de precios para esos mismos bienes.
“Los agricultores también enfrentaron el desafío de un aumento similar sin precedentes en los precios de algunos insumos clave, como combustible, fertilizantes y alimentos para animales. Dado que es probable que los precios sigan siendo volátiles durante algún tiempo, el futuro de los ingresos agrícolas es muy incierto, a pesar de las derogaciones temporales y los planes de apoyo propuestos a nivel europeo y nacional”, observan con preocupación los fabricantes europeos.
Bajo estas condiciones, los patentamientos de tractores disminuyeron en cada uno de los siete mercados europeos más grandes: Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, España, Polonia y Bélgica, que representan más de seis de cada 10 tractores vendidos en el continente.
En Estados Unidos –el mayor mercado de tractores del mundo, en cuanto a facturación–, los ocho primeros meses del año marcan una retracción en las ventas, debido al escenario similar por el que atraviesan los farmers en cuanto a la ecuación económica que les arroja la producción de granos
Hasta agosto, la demanda estadounidense absorbió 186.620 tractores, 14,6% menos que en igual período del año pasado, cuando la comercialización trepó a 218.471 unidades, según la Asociación de Equipamiento de Maquinaria (AEM) de ese país.
Canadá también muestra la misma tendencia. Con 19.859 tractores comercializados en los primeros ochos meses del año, la retracción interanual llega al 6,7%, de acuerdo con los datos de AEM.
Con un mercado similar en tamaño, Rusia no parece sentir los efectos de la guerra. Entre enero y agosto, sus productores compraron 19.184 tractores, 1,8% más que en igual período del año anterior.
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