El mercado ganadero acompaña el proceso de recomposición de precios, pero con sus propios fundamentos, que toda la economía esté en un momento cuasi hiperinflacionario no es la razón por la cual también los valores de la hacienda deben ajustarse al alza. El mercado ganadero es uno de los pocos que definen sus precios mediante un sistema de competencia perfecta, existen decenas de miles de oferentes y demandantes, la ausencia de posición dominante lo hace un mercado transparente.
La invernada está cerrando el año con un descenso pronunciado de la oferta la cual salió anticipadamente durante el primer semestre del 2023, la sequía impactó en toda la producción con una restricción de pastos muy fuerte obligando a salir anticipadamente mucha hacienda. Generando para el año que viene una caída de nacimientos de terneros y terneras de casi 1.500.000 de cabezas por escasa situación corporal de las vacas al no poder entrar en celos.
Con esta oferta reducida de animales más la finalización del proceso electoral con una nueva gestión Presidencial ya asumida, todas las medidas están orientadas a reorientar las variables produciendo un fuerte ajuste del gasto público y a la vez una recomposición de la cotización del dólar que acortó su brecha entre el oficial y paralelo, este sinceramiento necesario de precios de toda las cadenas productivas produjo en diciembre un alza importante de la inflación corrigiendo todos sus valores, combustibles, alimentos, etc.
Esta componente política y macroeconómica también actúa en las expectativas de los operadores del mercado, produciendo junto a la reducida oferta de animales un sinceramiento de precios en la invernada y cría buscando resguardar su capital con compras anticipadas en este fin de año. El productor que vende su animal gordo sabe que lo primero que debe hacer es reponer, después presta atención al precio.
Así como la oferta es reducida el interés de los compradores fue en aumento mes a mes, las lluvias que comenzaron a modificar la situación de las pasturas están encontrando al campo con una mejor situación y permite comenzar a repoblar los mismos, esto determinó que un actor importante como es el invernador tradicional apareciera nuevamente desde hace un tiempo logrando darles a los precios un empuje mayor que los sistemas de confinamiento pueden tener.
Reducida oferta y compradores nuevamente en acción arman un coctel importante para una corrección esperada de precios, el productor vuelve a tener una ecuación favorable que permitirá comenzar una etapa de retención y recomposición del stock.
Un dato importante a tener en cuenta es como aparecieron los frigoríficos exportadores dándole un fuerte impulso a la compra de novillitos y novillos para repoblar el sistema de hotelería, la corrección cambiaria le da un mayor poder de compra pero llega en un momento que si algo falta desde hace tiempo es el novillo de exportación, rápidamente salieron a comprar dándole solidez a la categoría buscando acortar períodos de engorde y encontrar mayor oferta para cumplir compromisos seguros de exportación.
Estas correcciones de precios esperadas en la invernada tendrán su contraparte en el mercado de Cañuelas, cada vez más se va a notar como la exportación necesitará salir a comprar animales más livianos para poder aprovechar su diferencial cambiario positivo, este proceso de compra le dará sustento a los novillos gordos generando una competencia con los consumeros. Más allá de esta demanda que seguirá presionando en el MAG será importante seguir como el consumidor podrá sostener este incremento de precios del gordo o le pondrá un límite que lo marca sus propios ingresos ya deteriorados por la inflación desbordada en todos los productos.
ROSGAN finaliza un año mucho mejor que como lo empezó, dejando atrás una sequía tremenda que marcó todos los sectores, con una expectativa positiva en los cambios que se están produciendo que avizora una mejor situación para toda la producción agropecuaria.
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