Asaltos a mano armada en la vía pública con la participación de motochorros; sustracción de motocicletas y bicicletas desde lugares de trabajo de rafaelinos y de establecimientos escolares; entraderas violentas seguidas de robo, privación de la libertad e incendios; ingresos a viviendas y departamentos ante la ausencia de moradores; aumento considerable de «reincidentes» y «reiterantes». Participación de menores en ilícitos cada vez con mayor frecuencia con un avance notable del consumo y comercialización de drogas en todos los barrios de la ciudad, hacen de Rafaela una ciudad que ya no merece ser vivida
Desde hace varios años Rafaela dejó de ser la denominada «Perla del Oeste». El constante avance del consumo y comercialización de drogas en jóvenes y en niños, es uno de los factores fundamentales para el notorio incremento de los delitos denominados «predatorios» y de aquellos que necesitan un poco más de logística para ser concretados ya que desembocan en situaciones a las que nadie puede encontrarle soluciones.
Si a ello le agregamos que el Intendente y su Secretario de Prevención y Seguridad aseveran públicamente que los delitos disminuyeron, provocando la reacción del Fiscal Regional que no dudó en tratarlos a ambos de mentirosos dejando la relación entre los dos poderes prácticamente deshecha, los rafaelinos nos encontramos en medio de una realidad donde ya no alcanzan las medidas de seguridad que podamos implementar a fin de terminar con un flagelo que ha puesto a Rafaela como una de las ciudades más inseguras de la provincia.
Sin prevención
Evidentemente lo que falla en la ciudad es la prevención. En la gran mayoría de los casos se actúa cuando el ilícito ya fue cometido y cuando la policía -con su escasez de personal y de recursos- agarra a los delincuentes que, en la mayoría de los casos, vuelven rápidamente a la calle porque las laxas leyes que pueden manejar los jueces, no les dejan otra alternativa. Se habla mucho de las cámaras de seguridad, pero éstas tampoco previenen, aunque sí resultan una herramienta importante para los investigadores a la hora de dar con los autores de los distintos hechos.
Sí hay una buena respuesta del Centro de Monitoreo Urbano y de la GUR pero ello pareciera ser apenas una aspirina dada a un enfermo que parece terminal. Mientras esto no cambie; mientras los que deben cuidarnos se peleen entre ellos; y mientras en conjunto nos decidamos a trabajar codo a codo con todo este flagelo, la situación continuará empeorando y la calidad de vida de los habitantes de cada uno de los barrios seguirá deteriorándose debiendo vivir cada vez más encerrados mientras los delincuentes y los narcotraficantes seguirán moviéndose a sus anchas por la ciudad.
Además, los homicidios
Pero por si lo anterior pareciese poco, no podemos soslayar la violencia extrema que termina con muerte violenta de personas en la ciudad. Tal es así que con el fallecimiento de Oscar Feulien, de 45 años, ocurrido en la tarde de este miércoles 2 de octubre de 2024, en un local ubicado en Av. Ángela de la Casa al 400 aproximadamente, se eleva a cuatro el número de muertes en la ciudad de Rafaela en lo que va del presente año.
Por su parte el rafaelino Brian Sosa resultó asesinado en la madrugada del sábado 10 de febrero a la salida de un bar ubicado en barrio Sarmiento luego que el joven de 23 años fuera apuñalado en el hemitórax. El presunto autor del homicidio fue identificado por personal de la PDI; posteriormente resultó detenido decretándosele la prisión preventiva, aunque más tarde, en Segunda Instancia, lo liberaron bajo el cumplimiento de medidas alternativas.
El lunes 3 de junio de 2024 fue asesinado en calles del barrio Villa del Parque, Nahuel Gaitán, de 25 años, al recibir una profunda herida en el abdomen. Tras ello fue detenido el presunto autor del hecho a quien le decretaron también el encierro preventivo.
En tanto el domingo 7 de julio se produjo un tercer homicidio en la ciudad. El hecho ocurrió en barrio 17 de Octubre en una vivienda de calle Eva Perón al 1900, donde Néstor Bonet, de 42 años, asesinó a su hermano Carlos de 28 y luego se quitó la vida en la empresa en la que trabajaba.
Ahora, como quedó dicho, el fallecido fue identificado como Oscar Feulien, de 45 años, asesinado de un disparo de escopeta en un hecho ocurrido el 2 de octubre pasado en horas de la tarde en barrio Los Nogales. Su matador cumple ahora prisión preventiva domiciliaria.