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Opinión

¿Por qué, Javier?

Enrique Avogadro

Por Enrique Avogadro

Apoyo, sin dudar, al Presidente y su gabinete, y admiro la forma en que, con impensable velocidad, consiguió evitar que cayéramos definitivamente al profundo pozo que, con paciencia y a lo largo de veinte años, perforó el kirchnerismo con el populismo como herramienta y con el saqueo como objetivo final. La ciudadanía comparte esa apreciación, tal como muestra el alto índice de confianza en el Gobierno, que publica la Universidad di Tella. En particular, esta semana me encantó comprobar que Javier Milei se movió con pragmatismo y, en bien del país, desplegó una increíble y exitosa actividad en Palm Beach, Rio de Janeiro y Buenos Aires, reinsertándonos en el mundo occidental sin prescindir, por ello, de mantener las indispensables relaciones comerciales y financieras con Beijing.

Coincido con muchos de mis amigos en considerar que su rara diplomacia, que lo lleva a frecuentar más a los empresarios exitosos que a otros jerarcas mundiales, es positiva. En el estado calamitoso en que recibió la economía, resulta mucho más importante vincularse con los dueños globales del dinero que hacer sociales con colegas, muchos de los cuales están distanciados de él por temas meramente ideológicos.

Una preocupación de propios y ajenos radica en la eterna posibilidad de un retorno del peronismo al poder, cualquiera sea la mutación, siempre canalla, que lo devuelva a la Casa Rosada. El Gobierno ha elegido a Cristina Fernández como oponente, ya que ella cumple el rol de obturar una eventual renovación del PJ, pero no deja de ser un riesgo enorme encumbrar tanto a quien ha demostrado poseer dotes camaleónicas y una singular hipocresía. Esa probabilidad, aunque sea hoy escasa, me hace creer que, salvo en áreas específicas como petróleo, gas, energías renovables, economía del conocimiento y minería del cobre, la lluvia de inversiones, que demanda estabilidad política a largo plazo y seguridad jurídica, demorará en llegar, y con ella la reactivación económica y el crecimiento de la demanda laboral, al menos hasta las elecciones de octubre próximo.

En ellas, La Libertad Avanza no podrá, aunque tuviera un monumental éxito electoral, modificar mucho los números en el H° Aguantadero, pero una derrota del carísimo Axel Kiciloff y sus seguidores - ¿estará Cristina en las boletas? - en la Provincia de Buenos Aires serviría para consolidar definitivamente el rumbo. Espero, entonces, que la confección de las listas permita que confluyan en ellas, unidas, las voluntades de todos los que pretendemos enterrar definitivamente ese ignominioso pasado.

En relación con la seguridad jurídica, resalta el tema de la candidatura de Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema. Para conseguirlo, más allá de la alternativa de designarlo por decreto, necesita imprescindiblemente de la aprobación de la propia Cristina quien, aparentemente, ya habría dado la orden de acompañar el dictamen favorable a Lucía Corpacci, Senadora por Catamarca, con lo cual tendría las firmas necesarias. ¿Hay un pacto de impunidad entre Milei y la condenada? Y si se confirmara otro rumor, según el cual el Ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona habría ofrecido al Fiscal Guillermo Marijuan, confeso amigo de Sergio Massa, el cargo de Procurador General, el aire se convertirá en irrespirable.

Además de la escasez de denuncias ante la Justicia de los escándalos que se descubren todos los días, me incomodan muchísimo los furibundos ataques a la prensa libre, el mantenimiento de los carísimos privilegios impositivos a las armadoras de Tierra del Fuego y, sobre todo, la inacción del Gobierno frente a la vergonzosa situación de los presos políticos – militares, policías, sacerdotes y civiles – que, ya ancianos, mueren como moscas en las mazmorras del Estado, condenados en juicios stalinistas por asesinos togados y fiscales militantes para vengar su derrota en la guerra civil que provocaron y perdieron. La jurisprudencia sentada esta semana por la Corte, declarando inconstitucional la prisión perpetua y reconociendo el plazo razonable para la extinción de las causas penales, podría mejorar la situación de muchos de estos mártires, salvo que el H° Aguantadero, como ya hizo con la “reinterpretación” de ley del “2x1”, legislara para declarar que a ellos no les resultan aplicables.

Estoy demasiado viejo para comprar paquetes cerrados y malos modales y ejerzo mi derecho a criticar lo que no me gusta y tampoco se me explica. Por ejemplo, y pese a que la forma en que fue tratada en los últimos tiempos lo hacía previsible, no nos ha dicho el Presidente por qué rompió, innecesariamente, la relación con Victoria Villarruel, que podrá tener agenda propia pero no ha dejado de mostrar una cerrada fidelidad al Gobierno que integra. El “triángulo de hierro” – que conforma con su hermana Karina y el asesor sin cargo Santiago Caputo – debe recordar que, aunque no le guste, la Vicepresidente tiene muy buena imagen pública, fue electa por los mismos votos que Milei, y no puede ser despedida como cualquier funcionario.

Para concluir, debo mencionar el ballotage que mañana celebrará Uruguay, en el que espero que triunfe Alvaro Delgado Ceretta, del Partido Nacional y, en especial, la enorme inquietud que produjo en el mundo entero el decreto de Vladimir Putin para permitir la utilización de armas nucleares contra los enemigos del Kremlin donde quiera que éstos se encuentren, ya que considera así no sólo a la Ucrania invadida, sino a sus proveedores de misiles de largo alcance, o sea, Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania. El apocalipsis aparece como una real amenaza sobre el horizonte global.

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