Por Vicente Massot.- Si nos tomáramos el trabajo de repasar los diarios, nos detuviéramos en los medios radiales y televisivos y, por supuesto, pusiéramos la lupa en los programas de streaming con el propósito de averiguar cuáles son a comienzo del nuevo año los temas que tienen mayor cobertura y a los que se le presta una atención preferencial, a la conclusión a que llegaríamos es que la eliminación de las PASO, el nombramiento por decreto de los dos candidatos del Gobierno para sentarse como ministros de la Corte Suprema de Justicia, la estrategia libertaria de elegir en calidad de enemigo electoral a Cristina Fernández y las riñas de Javier Milei con Victoria Villarruel encabezarían la lista. Pero, a veces, los hechos de mayor trascendencia no aparecen en las portadas de los matutinos más leídos ni son tratados con la seriedad que merecen en el universo audiovisual. De lejos el dato de más calado de los últimos meses no es ninguno de los arriba mencionados. Si bien no pasó desapercibido y fue materia de algunos comentarios, de todas maneras hasta el momento no resultó debidamente analizado. Nos referimos a la encuesta realizada entre los días 18 y 23 del pasado mes de diciembre y que acaba de hacer pública D’Alessio/Berensztein. Los encuestadores se tomaron el trabajo de relevar la opinión de 1.035 personas a nivel nacional, con resultados verdaderamente sorprendentes. Conviene, pues, prestarles atención.
A diferencia de los clásicos sondeos respecto de la intención de voto de las gentes o de las preferencias ciudadanas en punto a la imagen de los principales hombres públicos del país, en este caso las preguntas se centraron en la situación actual de la economía, su incidencia en la vida de cada uno y las expectativas de cara al año que acaba de comenzar. Es bueno tener en cuenta que los comicios que habrán de substanciarse en octubre son de carácter legislativo. Ello implica que cada provincia -contando a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- escogerá a sus diputados y en ocho distritos se elegirán senadores, sin que haya candidatos presidenciales a la vista. Pedirle a 1.035 personas que contesten por quiénes van a votar cuando nadie sabe a ciencia cierta cuáles serán los candidatos, no nos dice hoy nada relevante. Tampoco es demasiado ilustrativo fijar tres o cuatro opciones -del tipo: libertarios, kirchneristas, peronistas clásicos, radicales y Pro- para que los encuestados emitan opinión.
En cambio, conocer en qué situación económica se hallan las personas de carne y hueso -al margen de las estadísticas- y qué esperanzas e impresiones tienen acerca del futuro en los próximos doce meses es fundamental para hacerse una idea de cómo podrían conducirse al momento de entrar al cuarto oscuro. En atención al tiempo que falta para que introduzcamos una papeleta en la urna correspondiente y a la incertidumbre sobre los nombres de los diputados y senadores que figuraran en las boletas partidarias, las encuestas de naturaleza cuantitativa muestran mucho menos que las de índole cualitativa.
¿Por qué resultan tan significativos los datos ofrecidos por D’Alessio/Berensztein? Ciertamente, no en razón de las opiniones vertidas por aquellos encuestados que se asumen votantes de La LibertadAvanza o el Pro, sino por lo que contestan quienes se identifican con el kirchnerismo. Se entiende que aquéllos -salvo alguna que otra excepción- vayan a cerrar filas con la administración libertaria. En teoría al menos, y dada la grieta existente entre nosotros, parecería raro que los seguidores de Cristina Fernández respondieran de la forma que lo hicieron. Y sin embargo, 41% de los votantes K considera que mejoró su economía personal, repartidos de la siguiente forma: 34% dice estar mejor y 7% mucho mejor. En términos de la economía en general, 28% de esos mismo votantes dice que las cosas han mejorado. Por último, 25%, siempre del colectivo kirchnerista, piensa que la economía en 2025 evolucionará para bien.
¿Por qué perdió el cordobés Eduardo Angeloz la elección de l989 contra el riojano Carlos Menem antes siquiera de haber dado comienzo la campaña? ¿En virtud de qué razón el riojano fue reelecto en 1995? ¿Qué motivos le permitieron a Cristina Fernández ganar de tal manera en 2011? ¿Por qué Mauricio Macri cayó derrotado ante Alberto Fernández en el año 2019? Si bien nunca hay una causa excluyente, que por sí sola explique los resultados, es del caso afirmar que en todos los casos tuvo una incidencia decisiva la situación económica que vivía el país. En cualquier comicio -presidencial o legislativo- la víscera más sensible de los seres humanos, el bolsillo, es determinante.
¿Significa lo antedicho que Javier Milei puede dormir tranquilo porque ya triunfó sobre sus opositores? -En absoluto. Pero lo que muestra el relevamiento que comentamos no ofrece lugar a dudas en lo que se refiere al éxito de la gestión económica del gobierno libertario. Si 41% de los simpatizantes kirchneristas reconoce una mejora en su situación económica y 25% estima que la economía irá por buen camino, no es forzado -ni mucho menos- concluir que las posibilidades del oficialismo de pescar en aguas de los K algunos votos -aunque éstos no fuesen muchos- le otorga al oficialismo una ventaja considerable.
Imaginémonos a modo de ejercicio intelectual que -puestos a responder sobre los mismos aspectos- unos números iguales o semejantes a los que hemos visto pusiesen al descubierto el desencanto de los votantes de Milei con la administración que preside. Que 41% dijese que su situación económica personal ha desmejorado y que en el futuro ve nubarrones recortándose en el horizonte del país. Costaría poco concluir que la probabilidad de salir airosos sus candidatos en la elección venidera sería escasa.
Los tejes y manejes de las cúpulas partidarias, la peleas entre los dirigentes y las alianzas que sean capaces de forjar con vistas a las elecciones de octubre serán siempre menos importantes que el parecer de la ciudadanía referido a las cosas que verdaderamente le importan: la seguridad familiar, la posibilidad de llegar a fin de mes sin sobresaltos, la esperanza de un futuro mejor, la estabilidad laboral y la mejora del salario real. Que una considerable minoría K se haya expresado como lo expresa la encuesta de marras es el mejor regalo que pudo recibir Javier Milei en la festividad de Reyes.