"Es hora que Argentina cuente con una regla fiscal para asegurar el equilibrio y la solvencia estatal a largo plazo, que impida el endeudamiento insostenible o los fuertes procesos inflacionarios", aseguró Capello.
"En lo que va de 2024, el sector público nacional (SPN) exhibe superávit fiscal después de 15 años, con una mejora en el resultado financiero de 5,6 puntos del PBI en un año, la más importante desde 1960, explicada en su totalidad por reducción del gasto público".
El párrafo pertenece a un análisis de Marcelo Capello, del Ieral/Fundación Mediterránea. "La siguiente mayor mejora en el resultado fiscal anual se dio con el Plan Austral en 1985, cuando las cuentas mejoraron 4,6 puntos del PBI ese año, aunque en dicho proceso todo el trabajo lo hicieron los ingresos, pues las erogaciones en realidad aumentaron", reseñó el economista.
El autor proyecta que el gasto bajará del 44% del PBI en 2023 al 32% este año, contabilizando los niveles de gobierno nacional, provinciales y de municipios en todo el país. Eso proyectando los datos del primer trimestre.
"La clave del ajuste fiscal en 2024 está en el gasto público, en todos los niveles de gobierno. El peso del gasto público consolidado (tres niveles de gobierno) pasó de 27% del PBI en 2004 a 47% en 2016. Subió 20 puntos del PBI en 12 años.
"Si en el resto de 2024 las erogaciones se ejecutan como en los primeros meses del año, el gasto consolidado podría bajar a 32% del PBI. Así, en un año se habrá bajado un 70% del aumento del gasto observado entre 2004 y 2023".
Capello reconoce que parte del trabajo en la reducción del gasto es por la "licuacución" (erogaciones por debajo de la inflación). Y recordó que "tres cuartas partes del aumento del gasto de Nación más Provincias observado en el período 2004 – 2023 se debe al gasto en Personal (+3,4% del PBI), Jubilaciones y Pensiones (+2,9%) y Subsidios en tarifas (2,1%), en los dos primeros casos originado en un fuerte aumento de la cantidad de agentes públicos y de jubilados y pensionados.
Estado, familias y empresas
"El ajuste fiscal también se observa en los gobiernos locales. En el caso del conjunto de provincias, mientras sus ingresos caen un 17% real en el primer trimestre de 2024, sus erogaciones lo hacen en un 24%, con un 55% de reducción del gasto de capital y 21% en el gasto en Personal. Sólo dos provincias exhiben un pequeño déficit financiero en dicho período (Misiones y Entre Ríos).
"Así las cosas, la reducción total del peso del gasto en el PBI, en lo que va de 2024, se explica en un 61% por ajuste del gasto nacional, 36% por ajustes en erogaciones provinciales y 3% en municipios, similar a las participaciones que dichos niveles de gobierno tuvieron en el PBI en años previos".
Expone el especialista que "si se piensa en términos de Federalismo, la discusión es por los recursos de cada nivel de gobierno. En cambio, si la discusión es sobre Estabilización y Crecimiento, aparece un tercero en discordia y olvidado, las familias y empresas pagadoras de impuestos, que sufrieron un fuerte aumento de la presión tributaria en las últimas dos décadas y media, y que ahora exigen que tanto Nación como Provincias disminuyan su peso en la economía.
"El esfuerzo debe ser compartido, ajustando sus erogaciones en forma proporcional a como las aumentaron entre 2004 y 2023", sugiere Capello.
"Si bien está claro que en gran medida el ajuste fiscal en lo que va de 2024 se dio principalmente por licuación del gasto en salarios, jubilaciones y transferencias a provincias y empresas, además de la fuerte baja en la inversión pública, no menos cierto es que para eliminar en un año un déficit financiero de cerca de 6% del PBI, como se había observado en 2023, no quedaban muchas chances que haberlo hecho inicialmente de esa manera, máxime si se tiene en cuenta que en las últimas dos décadas se produjo un aumento desmedido en el empleo público, las jubilaciones sin o con escasos aportes y los subsidios en las tarifas de los servicios públicos".
Medio siglo en rojo
"Los últimos 50 años fueron muy volátiles y de escaso crecimiento para la economía argentina, con un aumento promedio de la producción per cápita de sólo 0,7% anual". Capello señaló como causas del pobre desempeño a los problemas de competitividad que impiden exportar y "un cuasi permanente desequilibrio fiscal en el sector público nacional, que acumuló un déficit financiero equivalente a un año de producción (un PBI) en esas cinco décadas. Las consecuencias del déficit fiscal son conocidas: alta tasa de inflación (192% anual promedio en medio siglo) y una deuda pública que actualmente acumula un 88% del PBI". Fuente: El Litoral.
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