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Dengue: Nación habilitó una sala de situación con datos de todo el país

Se espera que en breve todas las provincias tengan acceso a este dispositivo donde se presenta la información sobre casos, edades y serotipos de la enfermedad que fue récord en la última temporada. Vacunas y prevención.

El Ministerio de Salud de la Nación presentó días atrás la Sala de Situación del Dengue, «una innovación tecnológica y metodológica que permite contar con información actualizada para realizar el seguimiento de la situación epidemiológica de cada jurisdicción y de cada departamento, para facilitar la detección, el control y la toma de decisiones estratégicas», según indica su descripción formal.


En los hechos, una de las características más impactantes es el enorme tablero donde se vuelcan datos de cada una de las provincias, con casos confirmados y probables, gráficos, mapas y demás recursos visuales e interactivos. Si se buscan imágenes de ese tablero se verá que al frente está el médico infectólogo Mauro Bertolini que integra el staff ministerial desde 2023, es responsable de la Estrategia de dengue y se desempeñó como director de Control de Enfermedades transmitidas por vectores.

Si hablamos de dengue, el Aedes aegypti es el vector transmisor de la enfermedad: hace un mes se detectó la presencia del insecto en territorio santafesino y hace menos de una semana se confirmó el primer caso autóctono en el departamento Castellanos.

Sobre la importancia de la prevención, las estrategias novedosas que se están poniendo en práctica en otras jurisdicciones, como Mendoza, y la vacunación como recurso, además de la entrega de dosis a departamentos de Santa Fe, habló Bertolini con El Litoral.

– ¿Qué es la sala de situación de dengue? ¿Qué datos se vuelcan allí; tienen participación las provincias?

– La sala de situación es un punto de encuentro entre los equipos técnicos y los funcionarios. Se reúne semanalmente y en ese lugar utilizamos un tablero que proporciona información con datos epidemiológicos, de las vacunas y toda la información relacionada con la enfermedad. Esto nos permite ver casos confirmados, probables y descartados; geolocalizarlos, saber el rango etario en que está la mayor población afectada, serotipos y todos los datos que van orientando al equipo técnico para ver qué estrategias aplicar y cómo articular con la jurisdicción.

La información del tablero depende del sistema de identificación nacional de vigilancia y es la misma que figura en el Boletín Epidemiológico solo que aquí está anticipada una semana.

Además, todo el trabajo en terreno a nivel jurisdiccional y municipal se carga y articula con el equipo nacional, y genera un mapeo de lo que se está haciendo.

– ¿Cuál es la foto de hoy de esa pantalla?

– En la pantalla está el total de notificados que incluye todo: confirmados, sospechosos, probables, descartados. A nivel nacional estamos en aproximadamente 185 casos confirmados, una cifra que se modifica día a día, que venimos estudiando y localizando, y nos permite ver los casos por jurisdicción.

Lo importante es que hay casos sospechosos en los que hacen falta cerrar el estudio. La información es tan útil como robusta sea.

– Comparando los datos actuales con los de la temporada anterior, ¿qué están observando?

– Esta es la duda que surge y es qué va a pasar ahora respecto del año anterior. Viene similar, pero estoy hablando de casos confirmados y sospechosos, y mientras más se profundice el dato, más nos orienta.

Hay un equipo que se desarrolló desde principios de año y no paró de trabajar en dengue. Se creó un plan estratégico que organiza y ejecuta a nivel nacional, jurisdiccional y local, y se compartió con todos los ministros de las provincias. Hay un equipo de coordinación que convoca a esta sala, y semana a semana nos sentamos con el ministro (de Salud, Mario Lugones) para ver qué pasa.

– Hay dos provincias con localidades en las que no se interrumpió la circulación de dengue durante todo el año: Chaco y Formosa. ¿Esta situación los hace pensar que este escenario de endemia se puede presentar en otros territorios?

– Cualquier información nos tiene que llevar a prepararnos. No es que nos tenemos que preocupar con angustia y con miedo sino que nos debe motivar al trabajo. Son lugares en los que venimos trabajando en conjunto y de manera articulada para ver cómo se avanza. Esta zona de endemia es importante porque hay que reforzar al doble el trabajo de prevención para disminuir la presencia de mosquito, pero también la comunicación hacia la población.

– Una de las estrategias y también una de las principales demandas de la gente es la vacunación. ¿Nación está distribuyendo vacunas en localidades específicas, más allá del plan que cada provincia está desarrollando?

– Lo más importante es que hay que entender a la vacunación como una parte más de todas las estrategias. La vacuna sola no va a frenar nada: estamos en un contexto epidemiológico y de evidencia que nos permite salir a vacunar y ver qué sucede a nivel comunicacional. Pero si tenés en el patio un criadero de mosquitos que se mantuvo todo el tiempo, no hay vacuna que alcance.

Hay planes estratégicos de vacunación, pedidos de cada jurisdicción que priorizó al grupo etario que consideró apropiado según sus equipos técnicos. Nación se basó en los lineamientos técnicos para una población objetivo de acuerdo a las indicaciones de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn). Y hay departamentos que se priorizaron desde Nación: en Santa Fe hay departamentos priorizados y se realiza la vacunación. Pero, insisto: es una estrategia más en un contexto epidemiológico nuevo, en el cual tenemos que ver qué impacto tiene. No olvidemos que hay otras enfermedades que transmite el mismo mosquito: zika, chikungunya. Y por más exitosa que sea la vacuna, si está el mosquito, le damos espacio a otra enfermedad.

– Entre otras estrategias para controlar la población de mosquito, en Mendoza (en realidad, en un barrio de Guaymallén) se lanzaron insectos esterilizados. ¿Es posible este recurso a nivel nacional?

– Todo lo que surja a nivel de nueva estrategias: mosquitos estériles, irradiados, el equipo nacional lo valora y lo estudia, y convoca a sociedades científicas y equipos del Conicet. Es un trabajo que está, constantemente, en revisión. Por ahora implican un poco más de conocimiento y no es algo que se aplica en forma global porque falta información sobre lo que pasa a nivel ambiental y los efectos en la población.

– ¿Están apostando a que sean los territorios provinciales y municipios los que encaren la política de prevención y de abordaje del dengue?

– La tarea de combatir al mosquito comienza desde la casa, el barrio y el municipio. Se pueden hacer un montón de cosas pero es imposible si no se arranca desde allí, si no se buscan los posibles focos (de reproducción del mosquito), no se comunica a la población sobre la importancia de no tener recipientes que acumulen agua o sin limpiar, cisternas o tanques de agua destapados. Por eso son fundamentales las estrategias organizadas a nivel jurisdiccional y municipal. Este plan se compartió a las jurisdicciones, se les dio una estructura estratégica para que lleven adelante adaptándolo a su realidad: no hay quien conozca mejor a su población que quien vive en el mismo lugar.

– ¿Los equipos locales tienen acceso a esta pantalla?

– Presentamos la Sala de situación en el último Cofesa a todos ministros y se está presentando a los equipos técnicos de las distintas jurisdicciones. Todavía no contamos con la posibilidad de que lo tenga cada jurisdicción, pero la idea es que en las próximas semanas los equipos nacionales y jurisdiccionales tengan acceso y cuenten con toda la información. La idea es democratizar la información, para saber qué pasa en una provincia pero también en la que está al lado: no somos entes estáticos, nos movemos y las realidades son múltiples. Por eso creemos que la información tiene que estar en manos de todos.

– ¿Dónde tendríamos que poner el foco en este momento?

– Lo más importante en este momento y más en Santa Fe, en este contexto de primeros casos autóctonos, es la prevención y búsqueda de posibles focos (de reproducción de los mosquitos). Mientras más se «golpea» al mosquito que aun no está en grandes cantidades, más impacto tiene.

A medida que aparecen los casos, la sospecha debe estar presente. Si hay fiebre y síntomas compatibles con dengue, hay que acercarse a un centro de salud. Puede ser otra cosa, pero ayuda hacer la consulta temprana porque la mayoría de los casos graves son prevenibles.

Siempre apunto a lo mismo: la prevención y el trabajo desde nuestras casas. A veces se visualiza más una fumigación pero para ese momento el mosquito ya está presente y esta tarea no controla todas las poblaciones por las que pasó.

Siempre cuesta más ver el trabajo de prevención, pero es fundamental hacerla en casa, buscar dónde se puede generar un criadero, estar atentos cada vez que llueve para ver si se juntó agua en lugares donde creíamos que no había problemas. Hay que descartar lo que no sirve y cepillar los recipientes que se guardan porque no alcanza con darlos vuelta: los huevos de Aedes aguantan un año y eclosionan si vuelven a tener agua. Fuente: El Litoral.

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