10.03 Es uno de los fenómenos astronómicos más interesantes del año. Las próximas se producirán en julio y en agosto. ¿Por qué se llama así?
Este martes, el cielo nos impactará con la llamada “superluna de fresa”, de un ligero tono rojizo y tamaño más grande de lo normal, que podrá apreciarse desde varios lugares del mundo, incluyendo Argentina.
El fenómeno astronómico, considerado uno de los más interesantes del año, podrá verse desde la madrugada de este martes 14 de junio, apenas una semana antes del solsticio que marcará el cambio de estación (invierno en el hemisferio sur, verano en el norte). Durante la madrugada de ese día se verá en su máximo esplendor; sin embargo, a lo largo de las dos noches siguientes también se podrá disfrutar de su imponente presencia.
La cara visible entrará en fase de luna llena el 14 de junio a las 9.52 de Argentina, pero podrá verse más grande y brillante a las 20.21.
La súper luna de fresa será visible desde cualquier punto del planeta. Podrá observarse a simple vista, ya que por su espectacular tamaño, no será necesario utilizar binoculares, filtros ni telescopios. Sí vale aclarar que cuanto menos contaminación lumínica haya, mejor se verá.
Cuándo finaliza el fenómeno
La superluna de Fresa se podrá apreciar durante tres días en el cielo nocturno, según indica la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). De todos modos, ya desde el miércoles 15, irá perdiendo intensidad hasta volver a su tamaño habitual.
La del 14 de junio será la primera de las tres que podremos observar este 2022: las próximas ocurrirán en julio y en agosto.
El porqué de su nombre
Desde la antigüedad, la luna es un símbolo de la fertilidad. Por su naturaleza y los efectos que provoca, siempre generó enorme interés e incuestionable mística a su alrededor. Y más aún cuando está llena.
Tanto es así, que en cada mes se le otorgó un nombre de acuerdo a las características del clima que se impone. A esta primera luna de verano o invierno –en los hemisferios norte y sur respectivamente– se la conoce como Luna de Fresa.
Este nombre proviene de una tradición ancestral de los algonquinos, un grupo de nativos americanos que tomaban a esta Luna como señal para cosechar fresa salvaje.
Las tribus algonquinas, que bautizaron así a nuestro satélite, son oriundos de Canadá, Estados Unidos y del norte de México. (Rosario3)
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