Con la amenaza del dengue, Zika y Chikunguña, los repelentes se han convertido en un recurso clave para prevenir picaduras de mosquitos y evitar enfermedades. Tras un brote histórico de dengue en Argentina la temporada pasada, el uso de repelentes vuelve a tomar protagonismo, y una investigadora del CONICET, Laura Harburguer, explica cómo aprovechar al máximo esta herramienta de protección.
Componentes activos: ¿qué buscar en un repelente?
Para Harburguer, lo fundamental es que el repelente esté aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), la cual certifica que los productos son seguros y eficaces. Los repelentes aprobados contienen uno de los siguientes tres principios activos: DEET (N-Dietil-meta-toluamida), IR3535 o Icaridina.
Según la especialista, estos tres componentes ofrecen el mismo nivel de efectividad en repeler al mosquito Aedes Aegypti, vector del dengue. La elección entre uno u otro radica en la duración de protección que brinda cada producto, determinada por la concentración del activo.
¿Cuánto dura un repelente?
La efectividad de un repelente depende del porcentaje de su componente activo. El ANMAT permite concentraciones variables, y esta variabilidad impacta directamente en la duración de la protección: a mayor concentración, más tiempo de efectividad. Por ejemplo, un repelente con un 25% de DEET puede durar varias horas, mientras que uno con un porcentaje menor ofrecerá protección por un período más corto.
«Es importante que el consumidor elija el repelente de acuerdo a su actividad», explica Harburguer. «Si una persona va a estar mucho tiempo al aire libre, le conviene un producto con alta concentración de activo. Pero si sólo se expondrá brevemente, puede optar por uno de menor porcentaje, que suele ser más económico».
Repelentes para bebés: qué tener en cuenta
La aplicación de repelentes en bebés y niños pequeños requiere precaución. Si bien la Sociedad Argentina de Pediatría antes desaconsejaba el uso de repelentes sintéticos en menores de dos años, la recomendación cambió debido al riesgo de dengue. En situaciones de brote, es seguro aplicar repelentes a base de DEET, IR3535 o Icaridina en bebés mayores de dos meses. En menores de esta edad, lo más recomendable es el uso de barreras físicas, como mosquiteros y tules, ya que productos como la citronela, aunque naturales, ofrecen una protección limitada de unos 40 minutos y podrían requerir aplicaciones frecuentes, elevando el riesgo de irritación.
Repelente y agua: ¿hay que reaplicar después de mojarse?
Si vas a la playa o la pileta, Harburguer recomienda reaplicar el repelente tras cada baño. Además, en días de calor, el sudor también puede reducir la efectividad del producto, por lo que una reaplicación periódica puede ser necesaria para mantener la protección.
Formas de aplicación
La presentación del repelente también influye en su uso, especialmente en niños. Las fórmulas en crema son ideales para los pequeños, ya que evitan la exposición directa al aerosol cerca del rostro, donde podrían inhalarlo. Los adultos, en cambio, suelen preferir spray o gel, dependiendo de sus preferencias.
Protección solar y repelente: ¿cuál va primero?
En días de calor, combinar repelente y protector solar es una práctica común, pero hay un orden recomendado. Harburguer sugiere aplicar primero el protector solar, esperar 30 minutos para que se absorba, y luego aplicar el repelente. Esto previene una absorción no deseada de los componentes del repelente a través de la piel.
Elegir el repelente adecuado para cada situación
Al seleccionar un repelente, es útil considerar no sólo el tipo de actividad y duración, sino también las indicaciones de la ANMAT, que especifica el tiempo de protección. Esto permite tomar una decisión informada, evaluando el precio, la comodidad y la duración del efecto según las necesidades individuales.
Con estos consejos, el uso de repelentes puede ser mucho más efectivo, convirtiéndose en una herramienta crucial para protegerse contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos en temporadas de calor.