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Deportes

Una bestia en las 500 Millas

Por Jorge Ternengo - Piloto automovilista que se mató en los entrenamientos de las XIV 500 Millas Argentinas 1949, circuito de Rafaela (Santa Fe), al volante del extraordinario y monstruoso auto de Fuerza Libre conocido como el Pajarón.
En los ensayos del sábado 22 de octubre, Scandroglio había marcado el menor tiempo con su Pajarón en una primera vuelta lanzada, tras la de inicio con salida parada: 2 mn 55,0 s, equivalentes a 179,93 Km/h. Pero acababa de cruzar la meta en esa vuelta rápida, a las 12:15 horas. Su registro no fue batido, pero no dejó vacío el primer puesto en la parrilla del domingo, lugar que fue ocupado por el siguiente más rápido en la calificación, Mario Sessarego era propiamente un profesional del pilotaje.
El accidente fue a una velocidad muy elevada e imposible de evitarlo. El público y los oficiales de pista sacaron enseguida al piloto de los restos del auto (que se incendiaba), pero ya estaba muerto. Otras fuentes indican que Scandroglio salió despedido después del primer golpe, quedando muy gravemente herido y muriendo a los pocos minutos. En todo caso, el cuerpo de un Scandroglio agonizante fue recogido por un automóvil particular o (2 mn 59,0 s), a quien escoltaban otros veintitrés pilotos: Brosutti, Blanco, Nasi, Fanto, Gulle, Ítalo Bizio (Alfa Romeo, en 3 mn 6,0 s)… Este último piloto se mataría, junto con una decena de espectadores, en la 3ª vuelta de la carrera, que fue ganada por José Fanto con un Mercedes-Benz. Newbury, que era Tránsito de Buenos Aires. Scandroglio empleaba la construcción de un auto que decidió llamarlo Caproni.

El auto resultante era un monstruoso biplaza de siete metros de longitud y 2.600 kilogramos de peso en vacío. Llevaba embrague y caja de cambios ZF de camión, transmisión por árbol cardánico al eje trasero (que se lo diseñó, así como el diferencia y Adolfo. El más joven, Adolfo, apodado El Pato, nació en la casa familiar, nº 254 de la Calle Fonrouge, el 19 de septiembre de 1917. El patriarca contagió su afición automovilista a la familia, pues también doña Estefanía aprendió a conducir el auto que había creado su padre, César Scandroglio, un inmigrante italiano y sus hijos varones trabajaban en el taller. Se había apropiado, Francisco de un de avión, un Fiat, el 10 de noviembre, con Adolfo al volante y Demetrio en el asiento de al lado, con radiador Hispano y neumáticos motor Macchi M.9 de 1918, motor Scandroglio en las traseras –facilitadas por Eric Forrest-Greene–. El autor del coche de carreras pensaba que podía alcanzar los 200 Km/h. César Scandroglio lo matriculó y pidió permiso para probarlo por su barrio y en la Ruta 3, y debió ser entonces cuando recibió el apodo de Pajarón por algún viandante, asombrado por su tamaño y ensordecido por droavión de casco central que iba equipado efectivamente con un Fiat A-12 bis. Este libraba originalmente 300~305 HP a 1.650 R/mn, y fue el modelo que Ernest Eldridge utilizó para motorizar su Fiat Mefistofele, aunque lo modificó para que entregara 320 HP a 1.800 R/mn. Dunlop Racing en las ruedas delanteras y lisos de Indy carreras que se haría famoso por ser el racer más largo de las decenas sus doce escapes libres.
A-12 bis, que era repuesto de un hidroavión hundido. Al no recibir asesoramiento o patrocinio de la Fiat, espectacular
El Pajarón se estrenó en las 500 Millas de Rafaela 1940 bastante brillante. En la primera vuelta de los entrenamientos perdió la rueda trasera izquierda, pero pudieron reponerla y consiguieron la 6ª plaza de la parrilla. Luego se le rompió un soporte del embrague, por lo que tuvo que salir último y empujado por el Ford 1938 de su padre, don César, para arrancar en 3ª marcha. Adolfo aceleró hasta cambiar a 4ª marcha y no volvió a utilizar los cambios, gracias al enorme par de seis cilindros de casi 22,0 litros. Al acabar la primera hora, Adolfo/Demetrio iban 6os en la clasificación provisional, pero luego abandonaron con un neumático trasero destrozado. La carrera la ganó Ernesto-Hilario Blanco con su REO Wolverine a 167,8 Km/h, seguido de Garabato, Abramor, Rossi, Nanni, Ortega, Brisco… Los Scandroglio habrían podido clasificarse entre los cinco primeros de no haber sufrido tantos percances.
Las carreras de automóviles se suspendieron en la República Argentina entre 1942 y 1946; no porque Argentina fuera beligerante en la II Guerra Mundial, pero sí por la dificultad de importar combustibles, neumáticos y todo lo necesario para mantener competitivos los autos de carrera. Así que no se volvió a ver al Pajarón. Desesperados, César Scandroglio y su familia juraron que el espectacular Pajarón no volvería a ser utilizado.

Adolfo Scandroglio (1917– reformado y mejorado, hasta 1947, el 7 de octubre, cuando se disputaban las 500 Millas Argentinas 1949).
Rafaela, prueba a la que los Scandroglio eran fieles, quizá porque las características del speedway ovalado de pista de tierra apisonada, muy ancho, con dos rectas de 2,81 Km y un desarrollo de 8,75 Km, eran las apropiadas para un trasto tan poco manejable como el Minerva-Fiat. Pero esta vez no tuvo suerte Adolfo Scandroglio, pues se vio obligado a abandonar al desfondar un tanque de gasolina.
Pero el Pajarón se presentó en la siguiente edición, el 19 de septiembre de 1948, y esta vez terminó 5º. Y, para su desgracia, Adolfo Scandroglio también acudió a la edición de 1949.

deportes El automovilismo y yo Jorge Ternengo

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