La violencia le ganó al fútbol, otra vez. Lo que se esperaba fuese una fiesta terminó en caos y el fútbol de Liga Rafaelina se vio manchado una vez más por los inadaptados. Porque en la noche del jueves debían enfrentarse 9 de Julio y Peñarol, pero eso no ocurrió.
El León y la V Azulada se preparaban para disputar la revancha de la tercera fase de la Copa Santa Fe en el Coloso “German Soltermam”, recordando que 9 de Julio había sacado ventaja en la ida por 2 a 1. Sin embargo, la previa se manchó con violencia.
En momentos en que los verdaderos protagonistas de la noche realizaban la tradicional entrada en calor, en las tribunas empezaron los problemas. La barra de Peñarol robó a modo de trofeo una bandera de su rival y empezó una disputa con las fuerzas de seguridad que se trasladó hacia dentro del campo de juego, afectando la integridad física de algunos futbolistas.
Por si fuera poco, los simpatizantes de 9 de Julio reaccionaron de la misma manera y algunos se acercaron hasta los bancos de suplentes para quedarse con alguna prenda de su rival a modo de venganza. Los efectivos policiales ya se encontraban esparcidos por todo el césped del “Soltermam” en una clara muestra de ineficiencia del operativo.
A raíz de estas corridas y disputas, los futbolistas Joaquin Pinzano y Manuel Bustos fueron alcanzados por el gas pimienta, provocando enrojecimiento en sus ojos y otros efectos típicos del ataque.
Finalmente, se tomó la decisión más sensata, la única real que se podía tomar luego de lo observado en la cancha. Partido suspendido.
De cualquier manera, habrá que ver cuál será el costo que tendrá esta interna entre las parcialidades, que afectó una vez más a la imagen de la Liga Rafaelina, ahora con un alcance a nivel provincial. Triste y lamentable.