La crisis ha añadido nuevos problemas para los talles de reparación de automóviles. Además de perder clientes porque no pueden pagar o retrasan las reparaciones o revisiones y de sufrir la fuga de otros a las agresivas cadenas de talleres multimarca, ahora tienen que afrontar la competencia de una legión de nuevos mecánicos piratas que han montado su negocio a domicilio y por WhatsApp.
Las webs de anuncios de artículos de segunda mano y de profesionales y servicios están repletas de ofertas en las que estos mecánicos "low cost" ofrecen sus servicios: "¡Por qué pagar más por una buena reparación, si puede pagar menos por su avería o mantenimiento de su vehículo! Mecánico con mas de 12 años de experiencia y precios sin competencia, compruebe usted mismo, hago todos los trabajos para tu turismo, furgoneta, moto, quads, maquinaria agrícola etc: embragues, culatas, correas de distribución, aceite, filtros, frenos, suspensión, trabajos de chapa y pintura, puesta a punto su vehículo y servició de enllantado. Llámame o agrégame por WhatsApp".
La necesidad de supervivencia y la abundancia de mecánicos despedidos por los talleres legales como medida para intentar capear el desplome de los ingresos junto con la búsqueda de precios baratos por parte de los clientes han creado el caldo de cultivo propicio para la eclosión de un mercado sumergido de reparación de vehículos.