En la mañana de este martes, se llevó a cabo en el Salón Verde de la Municipalidad, la presentación de un informe sobre una auditoría acerca del estado económico y financiero del Municipio. La exposición estuvo a cargo del secretario de Gobierno y Modernización, Germán Bottero y de la secretaria de Hacienda, Silvina Bravino.
Uno de los primeros números que dieron a conocer, es que en el mes de marzo el Municipio registró un déficit de 92 millones de pesos en relación con el transporte urbano. El número se ve afectado de manera directa con la quita del subsidio nacional al gasoil. Bravino aseguró que a partir de este mes de mayo comenzarán a poder medir los ingresos en base a la actualización del precio del boleto que entró en vigencia con lo pactado de la fórmula polinómica en el mes de enero.
Obras públicas
Uno de los temas principales de los que se habló en la conferencia tiene que ver con la continuidad de las obras públicas y las personas que dejaron de contribuir con las mejoras. En relación a este punto, Bravino habló de la obra de cloacas que se está llevando adelante en cuatro barrios de la ciudad, indicando que hay un 70% de deuda por parte de los vecinos.
En cuanto a la financiación de ese tipo de obras, Bravino declaró lo siguiente: “En nuestra gestión lo que hicimos es una nueva propuesta a la empresa constructora, garantizándole la continuidad en el pago de los certificados por avance de obra, y aquí teníamos previsto que, más o menos, en septiembre, octubre íbamos a llegar al nivel que se había planificado en el inicio”. La Secretaria también agregó que “ya venía de la gestión anterior con un ritmo bastante desacelerado”. “En el mes de diciembre se ve notoriamente la distancia que hay entre lo planificado y lo ejecutado, específicamente porque el avance de obra se fue ralentizando”, indicó.
Bottero también habló sobre la obra que se realizó en la calle Estanislao del Campo, la cual implicó que, con su finalización, cuatro barrios puedan vincularse. “Es una obra particular que, como dice Silvina, tiene mucha morosidad. En un momento donde es difícil encargar obras públicas, nosotros entendimos que era prioritario sostenerlo”, explicó. Y agregó: “obviamente el vecino de La Cañada, frente a una obra que nunca terminaba de empezar, estaba en su derecho, cuestionar o a tener dudas, o hasta diría de dejar de pagar por una obra que no sabía que iba a pasar. Entonces le pedimos a los vecinos, a partir de las vecinales, que vuelvan a confiar en la gestión, que la obra la íbamos a terminar, que era un compromiso tomado”.
Por último, Bottero recalcó la importancia de bajar los niveles en la tasa de morosidad: “el Estado tendrá que ser quizás un poco más rápido de reflejo para tratar de ese crédito que tiene en la calle y tratar de recuperarlo, porque esa plaza que recuperaríamos, en este caso por obra o por tasa, por lo que sea, son más servicios, es otra obra pública en otro barrio”.