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Cultura

Una foto, una historia

Una imagen, una foto, una palabra, una frase, una historia… Relatos visuales. Autores. Miradas y diálogos. Encuentros.

17 de junio de 1939: frente a la prisión de Saint-Pierre en Paris, tiene lugar por última vez una decapitación pública mediante el uso de la guillotina.

Minutos después de salir Weidmann, (un criminal que tuvo en vilo a París durante algún tiempo) lo colocan en la guillotina. Una vez dentro del dispositivo que iba a acabar con su vida, el verdugo principal de Francia, Jules-Henri Desfourneaux, se acercó con tranquilidad al que iba a ser el último hombre en morir de forma pública cortándole la cabeza.

Desfourneaux dejó pasar unos segundos, quizás esperando que la instantánea fuera inmortalizada.

¿Qué ocurrió entonces? Que en vez de gritar, el público pareció pedir más, murmurando y acercándose a los restos de la ejecución para usar sus pañuelos con la sangre de Weidmann como recuerdo.

Tras la muerte y el comportamiento escandaloso e incomprensible del público, el presidente francés Albert Lebrun prohibió de forma inmediata todas las futuras ejecuciones públicas: "Lejos de servir como elemento de disuasión y tener efectos saludables en las multitudes, la ejecución pública ha promovido instintos básicos de la naturaleza humana, alentando a los villanos y el mal comportamiento general".

Momentos previos a dicha última ejecución pública.

Fuente: Gizmodo y Getty

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